¡Ya está!.

Eso, ¡ya está!, mañana miércoles me hago la prueba de esfuerzo para que me digan si puedo o no; si es aconsejable tal y como tengo la rodilla o si, por el contrario, lo mejor será que me dedique a nadar, trotar despacito o, como mucho, hacer algo de spinning.
He de reconocer que cuando me dedicaba al baloncesto todo lo veía de otra manera. Apenas permitía que una lesión me apartara de la gloria y el disfrute de saltar a la cancha a tratar de pelearme con el rival. Pero ahora, en un deporte absolutamente desconocido para mí, salvo mis sesiones de entrenamientos semanales, he osado marcarme un nuevo reto: culminar una maratón.
Como no tengo ni idea de cual es la que debiera elegir (algunos me recomiendan empezar por disputar maratones de "fácil" recorrido, es decir, llanitas), y tras leer embobado los blogs de gente que lleva casi toda una vida en esto, me he decantado por la de Nueva York. Debe ser que, obviamente, al novato que comienza en esto le suele sonar más. Y ya está, mi reto será ese.
No tengo ni me obsesiono con la marca a realizar. Es más, tan sólo pretendo aprender de la experiencia y dedicarme a disfrutar como hasta ahora de los entrenamientos (en solitario) que procuro realizar 5 veces por semana. Y reconozco que ¡coño, esto engancha!.
Le comentaba a un buen amigo que cuando jugaba en el Unicaja de Málaga no leía una revista de basket, pero ahora pillo revistas tipo Runner’s, Corricolari, Finisher, etc, y me leo hasta los anuncios. Mi mujer me mira alucinada con un cierto toque de fascinación y se empieza a preguntar si me estoy tomando algo raro. ¡Que alguien me ayude!. ¿Qué tiene esto del correr que te atrapa de esa manera?.
En fin, que aquí comienza mi historia. Que vuelvo a marcarme retos deportivos y que no permitiré que se me escape.
Una mención muy especial para Antonio Aspiroz, Paco Montoro (¡que grande ese malagueño!), Luis Enrique, Vicente Go!, Ana Casares, Pedro Gómez, y tantos otros que gracias a vuestras lecturas me habéis inspirado y despertado. Os tengo mucho respeto.
¡Ahí vamos!.
Un fuerte abrazo.